Lleva más de veintiún años en la ciudad, lo es todo en la historia del fútbol sala cartagenero y nunca dejará de ser «eterno capitán.» De forma ejemplar representaba los valores de toda la afición que aún hoy lo para por la calle y lo admira. Ahora Javi Matía (Santander, 47 años) luce el uniforme del hospital Santa Lucía y aunque ya no porta el brazalete ni el cinco a la espalda sigue dando muestras de su humildad y permanece entregado a una ciudad que, junto a su familia, ha hecho suya. Aunque no se prodiga ante los medios, cada vez que se avecina un derbi algo se remueve en su interior. Será el eco de la afición coreando su nombre que nunca ha dejado de resonar.
¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando se habla de derbi en la región?
Por suerte he podido vivir tantos derbis tanto en Cartagena de local como en Murcia de visitante, que sin duda para mí es lo más grande y lo más bonito. Aunque estamos muy condicionados por todo lo que está pasando y habrá menos afición, aún así es lo más bonito que puede haber en fútbol sala. Son tantos momentos buenos que gusta recordar hasta cuando pierdes sólo por el hecho de haberlo vivido desde dentro y haber podido dar la cara por los tuyos. Poder estar ahí dentro de la pista es tremendo y es algo que se echa de menos, la verdad.
Por tu trabajo en el hospital te está tocando vivir en primera fila la situación actual por la pandemia. ¿Preocuparnos por el deporte es algo frívolo ahora o por el contrario es necesario para seguir adelante y que sea un alivio entre tantos problemas?
Sin duda es algo necesario también, bastante dura es la situación por sí sola. Desde luego por mi trabajo hay que estar al pie del cañón y ayudar en lo que se pueda, pero al final cuando sales de allí es importante desconectar y siempre el deporte es lo mejor para eso, en este caso el fútbol sala, que es algo de lo que he podido vivir, que es muy bonito y aunque se eche de menos tenemos partidos como este derbi para disfrutar. Será distinto al no poder ver un recinto lleno como estamos acostumbrados porque los jugadores siempre queremos tener a nuestra afición de nuestro lado. Antes «la bombonera» no fallaba nunca y estaba llena, daba igual que el rival fuera ElPozo o cualquier otro.
¿Antes de partidos como éste es difícil conciliar el sueño o es más difícil dormir después dándole vueltas a lo que ha pasado?
Tengo claro que siempre es peor lo de después. Un profesional antes de un partido así no debe sentir presión ninguna, el balón no puede quemar, al revés, hay que salir a jugar y pasarlo bien. Después según lo que haya pasado, sobre todo si pierdes te queda el run-run en la cabeza pensando «¿qué hemos hecho?». Es mucho peor el después, lo de antes no, el que vive de esto sabe a lo que se enfrenta.
¿Fue Paulo Roberto el jugador más difícil al que te costó defender?
Paulo era de esos que cuanta más gente había, más se motivaba. Que sabías lo que te quería hacer y aún así te lo hacía. Creo que es de los mejores jugadores del mundo que he visto en este deporte y ha sido el número uno. Era increíble la motivación que tenía, era complicadísimo defenderlo y en Cartagena se venía arriba, hacía cosas que no eran ni normales. A pie de pista era increíble, anécdotas como la del zapato, que todavía le recogías el zapato y se enfadaba contigo. Pero bueno, es una suerte haberlo disfrutado, que esos partidos son otro mundo. Que al final son tres puntos, pero es que a veces ganar o perder en un derbi te cambiaba totalmente la temporada. No es como ahora que los dos están luchando por los mismos objetivos, aunque habrá tensión, eso siempre.
Hablas de tensión en los derbis, pero parece que ahora se respira menos crispación: ¿La rivalidad está más descafeinada en la actualidad?
Sí, antes era mucho peor en ese sentido. Estaba todo el mundo esperando que llegara ese partido y se vivía prácticamente como una guerra. Luego acababa todo y se enfriaba, pero es muy bonito. Después hasta tienes amigos en el equipo contrario… Porque los amigos los elige uno mismo, son los enemigos los que no conocemos. Con muchos he acabado tomándome un café y aunque en el campo todos queremos ganar y nadie conoce a nadie, fuera se puede ser amigos.
Cuando jugabas son innumerables los enganchones que habrás tenido con Duda. ¿Cuesta verlo en el banquillo de Cartagena?
A Duda no sólo lo he tenido como rival sino que fue compañero mío en Playas. Es un «coco» en este deporte y os aseguro al cien por cien que es espectacular, le encanta el fútbol sala. Sabes que no te va a fallar porque lo estudia todo y se mete, lo vive de una manera increíble.
En lo deportivo ¿Cómo ves a los equipos, quién crees que es el favorito?
Históricamente siempre ha sido ElPozo favorito pero esta vez creo que es al revés. En un partido puede pasar cualquier cosa, se motivarán mucho los dos equipos y espero que se vea un gran espectáculo, eso sí, espero que gane Cartagena. Jimbee ha confeccionado una plantilla espectacular, ha fichado muy bien, con un gran entrenador y están arriba porque se lo merecen. Si siguen en esa línea pueden hacer algo importante para la ciudad. Duda es bueno como entrenador pero aún mejor era como jugador, serio, profesional… Un espectáculo, cuando era jugador ya tenía cabeza de entrenador.
¿Un resultado?
Ganará quien menos falle en defensa, no me atrevo a decir un resultado ni siquiera si va a haber muchos o pocos goles porque hay grandes porteros también. Espero que sea un buen partido y los tres puntos se queden en Cartagena, que se lo merecen.
Cuando dentro de 30 o 40 años las generaciones que no te hayan visto jugar pregunten quién era Javi Matía, ¿qué te gustaría oír como respuesta?
Uno más, siempre. Yo tengo 47 años y todavía hay niños por la calle que me llaman y me da vergüenza porque nuca he querido ser más ni menos que nadie. Me lo he pasado bien en este deporte, desde Castellón a Cartagena donde me dieron la oportunidad de ser quien soy. Estoy agradecido a la gente que se acuerda de mí, pero yo soy así, tranquilo, humilde… Igual en mi trabajo me dicen «te pareces a Javi Matía» y yo respondo, «sí, me lo han dicho alguna vez» y ahí se queda. No es timidez, no me molesta que se acuerden de mí, me gusta y es bonito. Pero soy de los que piensa que aún siendo campeón, cuando pasa el tiempo ni se acuerdan, pues imagina quién se va a acordar de los años de Javi Matía: Mis amigos y mi familia, es lo único seguro.
foto destacada: @JimbeeCartagena y @marca