Empate en un derbi con una parte para cada equipo, la primera local y la segunda visitante. Lucao volvió a hacer de las suyas a pierna cambiada y fue el autor del gol. Mellado dio, como de costumbre, un auténtico recital de como jugar y manejar la pelota en el fútbol sala.
Era un derbi y la batalla estaba servida. Los meloneros comenzaron más que enchufados y Marinovic se sacó de la chistera a los pocos segundos una gran jugada individual que acabó con un latigazo que hizo temblar el larguero de la meta defendida por Juanjo. Pasados los tres minutos, una delicatesen de Mellado acabó con un balón dentro del área que cortaron los charcuteros.
Los visitantes tuvieron la suya con un disparo desde fuera que mandó Chemi a córner, pero la respuesta de los cartageneros fue inmediata con una pared entre Lucao y Franklin que el brasileño finalizó desviado. Jimbee era dominador sobre el parqué y lo confirmó con un golazo de Lucao antes de llegar a los siete de partido. El doce se marchó en velocidad por el perfil zurdo y definió con maestría cruzando el balón a la perfección.
Tras el tanto se armó la polémica y en una tangana, Matteus y Espíndola vieron amarilla y Waltinho fue expulsado por doble amonestación. Aguantaron en inferioridad tirando de casta y fuerza los de Duda con Avellino comandando la defensa. Intachable el argentino en esa faceta. Pasaron los apuros y en una falta ejecutada por Andresito, el siete se le dejó a Solano, que se giró y chutó raso, saliendo la pelota rozando el palo.
Andresito también andana de dulce sobre la pista y tras un recorte que dejó sentado a su par, el tiro raso lo sacó Juanjo. Jimbee Cartagena estaba mereciendo un resultado más amplio por juego y ocasiones. Faltando siete y medio para el descanso, Franklin y Lucao se fabricaron otra pared, pero el disparo del ocho se fue desviado de nuevo. Los de Giustozzi lo intentaron en varias ocasiones desde fuera, pero Chemi estuvo siempre en el sitio y rápido para intervenir y realizar un par de intervenciones de mérito.
Los de la Trimilenaria perdonaron en la siguiente. Andresito se la dejó a Solano y este remató demasiado centrado, parando Juanjo sin muchas complicaciones. Un Solano que después de un triangulación que dejó con la boca abierta al palacio, apuró línea de fondo y la puso rasa al segundo palo, no llegando Andresito por milímetros a ese balón. Esa fue la última acción antes del paso por vestuarios y los locales se fueron por delante en el marcador.
La segunda parte empezó con susto. Alberto García se plantó delante de Chemi, pero el del Puerto de Mazarrón le ganó el duelo. A los tres minutos, Franklin sacó la moto y se la dio a Marinovic que tuvo tiempo para controlar y sacar el tiro, pero Juanjo volvió a parar. A los pocos segundos, Solano se fue en carrera y en el mano a mano quiso sentar a Juanjo. El portero murciano estuvo más rápido y evitó el dos a cero. De nuevo mandaba Jimbee, pero no conseguía el gol.
Los visitantes tuvieron en las botas de Rafa Santos el empate, en una falta que el brasileño ejecutó y que se marchó rozando el palo. Y es que dicen que el que perdona la paga y con tantas ocasiones de las que habían dispuesto los meloneros para marcar y no lo hicieron, en la segunda que tuvieron los charcuteros llegó la igualada por medio de Marcel. Y pudo llegar el uno a dos seguidamente si Chemi no llega a parar un uno contra uno Frente a Rafa Santos.
Elpozo tuvo unos minutos de agobiar a su eterno rival con varias oportunidades claras, pero los cartageneros se sacudieron la presión y gozaron de una muy clara con un trallazo de Lucao al poste. Respondieron los charcuteros con un balón de Darío al palo, pero es que justo después Mellado mandó la pelota al larguero con un contundente disparo desde lejos.
Solano y Lucao volvieron a probar suerte, pero en ambos ocasiones, una a la media vueltal del andaluz y otra saliendo de un recorte del carioca, salió Juanjo al rescate de los suyos. En la última del encuentro, Elpozo se arriesgó jugando de cinco y buscando la victoria. Defendió bien Jimbee y el electrónico se quedó como estaba. Uno a uno en un partidazo en el que el Palacio no falló y animó hasta el final.