Un “clásico” Murcia-Cartagena (o viceversa) no es un encuentro más. Para los seguidores de ambos clubs los derbis son “el partido Champions” de la temporada donde quieres ver como tu equipo vence al rival deportivo. No hay favoritismo (independientemente de lo que diga la clasificación), y todo puede pasar, pero lo que no debe faltar en un derbi es la manifestación por parte de los tuyos de que te duele, de que lo sientes, de que hay amor hacia unos colores…y alma.
El FC Cartagena fue una caricatura de líder ayer en Murcia. Los de Munúa fueron un despropósito de equipo en muchas fases del encuentro ante un rival inferior al blanquinegro a lo largo del campeonato, pero que no está exento de adrenalina extra-futbolística, como la intensidad, la garra, el orgullo, la vergüenza torera, el amor hacia unos colores (muchos jugadores son de la tierra y saben lo que significan estos partidos), y alma, mucha alma.
La fuerza, la energía, la voluntad y el coraje que le pusieron los jugadores pimentoneros, por sí sola, bastó para nivelar la contienda en la parcela futbolística, equilibrando la diferencia de calidad existente entre ambos planteles. En el fútbol actual el estado motivacional también juega, y los locales lo plasmaron sobre el verde poniendo fe ciega en conseguir su objetivo, aspecto del que adoleció el bloque cartagenero.
Si el Cartagena pensaba que por ser líder iba a ganar sin bajarse del autobús, se equivocaba, y más aún en este tipo de encuentros. Los albinegros vagaron como alma en pena durante los primeros compases del encuentro por El Roca, y fruto de esta apatía llegó el tempranero gol local, que condicionó el devenir de la contienda. Después fue un querer y no poder, claudicando el partido con la contra en el descuento que selló el 2-0 final.
Que si pasillo o no pasillo, salir desconcentrados, la caraja de los minutos iniciales en estas ocasiones…En un derbi “te tiene que doler” y tienes que salir al ring futbolístico mirando de tú a tú al contrincante, mordiendo en cada disputa, siendo “agresivo” en cada lance y dando el 200% desde el silbido inicial. Después se podrá ganar, empatar o perder, pero no te pueden ganar por casta, por viveza, por sentimiento, por alma.
Defraudado. Sí. En Murcia se puede perder, (como en cualquier cancha si no ofreces tu mejor versión), pero hay maneras y maneras de perder. Ayer el FC Cartagena no trasmitió sensación de fiabilidad para superar las grandes citas (jugando así no se va a ningún lado), y lo que es peor, no trasmitió “amor hacia el blanco y negro”. Hay fechas señaladas (en blanco y negro) en el calendario donde por encima del juego desplegado ineludiblemente deben de resaltarse otras cualidades anteriormente mencionadas.
Espero tomen nota de este traspié para la vuelta y se afronte el segundo pase de los derbis como la afición cartagenera merece. Lo de ayer fue penoso, y como tal debe de hacerse autocrítica, mirarse a los ojos en el próximo entrenamiento, analizar errores, y obtener el compromiso de salir en el siguiente envite a darle una alegría a la parroquia cartagenera.
Ayer, hoy y mañana: Siempre EFESÉ.