Uno de los fichajes veraniegos del que la afición del Efesé aún esperaba más, era el caso de Yann Bodiger. El mediocentro, que firmó una gran recta final con el CD Castellón la pasada campaña, llegó en propiedad a Cartagena para dar un paso más en su carrera y acabar de asentarse en la SmartBank como un jugador destacado. Se trata de un pivote defensivo moderno, el francés es un jugador bonito de ver, realmente alto pero con buen trato de balón, con mucha calidad en su zurda cuando conduce pelota o cuando se asocia tanto en largo como en corto, sin embargo es un tipo lento y que sufre cuando los partidos se convierten en correcalles y tienen muchas idas y vueltas, aunque gracias a su envergadura, muchas veces logra camuflar esta inferioridad, pues tiene facilidad para abarcar mucho campo y recuperar balones.
Lamentablemente, esa fue la característica más común de los partidos del Cartagena en las primeras fechas. Tanto él como Tejera se vieron claramente perjudicados y Carrión se vio obligado a mover el árbol para solventar el boquete que solía haber en mediocampo. Fue sacrificado tras una mala actuación en Oviedo. Ante Lugo, Fuenlabrada y Las Palmas estuvo en el banquillo, aunque acumuló bastante minutos entrando como reemplazo. Sin embargo la expulsión de Boateng en Canarias le abrió la puerta a Bodiger para volver a la titularidad ante el Ibiza, donde hizo su mejor partido de la campaña con De Blasis al lado.
Fue titular en Amorebieta y hoy repitió sumando más minutos para sus piernas. Tuvo una primera mitad floja, volvimos a ver su lentitud en algunas acciones, especialmente cuando el equipo tiene que volver rápidamente en una contra o cuando tiene que hacer coberturas a los defensores. Al finalizar la primera mitad, estaba claro que él o Boateng iban a ser sacrificados parar dar algo más de equilibrio al centro del campo, pues el Sporting generó muchas ocasiones en los instantes finales.
Finalmente fue Boateng el que fue reemplazado, y la entrada de Tejera dio ese equilibrio y atino con la pelota que requería el Efesé. De eso se benefició Bodiger, que se erigió como uno de los nombres propios de la sensacional 2ª mitad que realizaron los cartageneros, como si de un jugador totalmente diferente se tratase. El francés fue vital en el trabajo sin balón, robando muchos balones tanto en campo propio como contrario, brillante en las asociaciones en corto y protagonizando varios cambios de juego que estiraron al conjunto de Carrión y con mucho más acierto e intensidad a la hora de disputar balones aéreos.
Buenos minutos de Bodiger, que sin duda le ayudarán a seguir cogiendo confianza para que finalmente veamos su versión original de manera más consistente.