Ayer Cartagena ya ganó, y de goleada, además. De hecho, ya lleva haciéndolo durante años, en silencio y creciendo poco a poco, como debe ser, sin forzar situaciones artificiales. Lamentablemente, no se consiguieron los 3 puntos ante el Burgos, en un partido donde el Efesé salió a morder y que casi encuentra recompensa instantánea, Borja Valle se quedó en un uno contra uno ante Caro, superó al portero y lanzó a puerta pero un defensor burgalés se recuperó a tiempo para evitar el 1-0 bajo portería. Los PlayOffs se ponen difíciles para el Cartagena, siempre recordando que difícil no quiere decir imposible, el Efesé tendría que hacer épica, probablemente un 9/9 obligado en estas 3 últimas jornadas, algo que, con la de cosas que hemos visto en el fútbol, tampoco parece tan utópico.
Al margen de lo sucedido en el verde, lo de este último mes es realmente ilusionante para la Efesemanía, hace un par de semanas el Cartagena se impuso en un partido algo gris al Sporting, sin embargo esos 3 puntos eran suficientes para marchar a Albacete dependiendo de nosotros mismos para asaltar la 6ª plaza de PlayOffs. La FPFCCT lanzó unas 900 entradas a la venta, la afición ya empezó a hacer colas a las 8 de la mañana, un par de horas antes de que saliesen a la venta, la fiebre albinegra pegó fuerte y centenares de aficionados hicieron cola durante más de 5 horas para poder conseguir su entrada. Se acabaron en una mañana y el FC Cartagena se movió para conseguir una tirada más para satisfacer a una parte de la hinchada que se quedó sin entradas, algunos se tuvieron que quedar en tierra, pero más de 1.200 cartageneros lograron estar en la visita a Albacete.
Posiblemente lo que más me llamó la atención del tremendo desplazamiento albinegro a Albacete es la juventud de la afición del Efesé; allá por 2010-2016, lo habitual en los desplazamientos, sin importar el destino, era que una amplía mayoría de la afición desplazada fuese gente mayor, con varias décadas de efesismo a sus espaldas a pesar de la complicada historia del fútbol cartagenero. Era normal, el fútbol de bronce era un auténtico ejercicio de fe y cada día había un problema extradeportivo nuevo, sumar más adeptos no era tarea fácil. Estos últimos 8 años, desde que la nueva directiva aterrizase en Cartagena, la Efesemanía vuelve a pegar duro. El club es mucho más atractivo, desde el estilo de juego que se marcó desde el primer día, la cercanía con el aficionado, la identificación con la ciudad y, obviamente, el salto de categoría en este último tramo.
En Albacete, una amplísima parte de la afición desplazada eran chavales de 15-21 años, además no eran chavales que iban para pasar el día o entretenerse; fueron a dejarse el alma con su equipo, lideraban los cánticos de la afición, no dejaron de cantar y animar desde que pusieron un pie en Albacete a las 11 de la mañana hasta que se fueron con el empate a las 11 de la noche. Una despedida brutal y fantásticamente organizada en el estadio, un corteo espectacular, como nunca se había visto hacia el Carlos Belmonte y una animación sin cesar en los más de 100 minutos que duró el partido. Gran parte de este movimiento lo tiene la Curva Vickers, si bien esta grada de animación tiene a aficionados de todas las edades, la gran mayoría son chavales jóvenes que han vivido los mejores años del FC Cartagena y, que ya nunca soltarán esto.
Ayer se volvió a repetir un día mágico, esta vez en nuestra propia ciudad, desde las 18h, 3 horas antes del encuentro, la Plaza de España ya estaba sitiada de aficionados albinegros que desde bien pronto se dejaban sus gargantas y avanzaban por la avenida en dirección al Estadio. El recibimiento del autobús volvió a ser especial, la explanada del Cartagonova estaba a reventar, con cerca de 2.000 aficionados empujando a su equipo a falta de 2 horas para el encuentro ante el Burgos. El único punto negro del día, nuevamente se estuvo lejos de llegar al lleno en el Cartagonova. Cabe recordar que no hubo promoción, los precios de las entradas se mantuvieron, posiblemente era el día para que el club planease alguna promoción de cara a estos dos últimos encuentros en casa (Burgos y Las Palmas) para asegurarse que los cartageneros que se han enganchado en este tramo final pudiesen asistir a los dos encuentros.
Lo importante es que el germen albinegro está más que instaurado en Cartagena, los aficionados más veteranos, que la mayoría de sus años han vivido penurias y han tragado mucho barro disfrutan con la estabilidad actual y los más jóvenes aportan esa energía y ambición que necesita el club para seguir creciendo. Se está cocinando algo muy grande en Cartagena y, esto no ha hecho más que empezar.