Foto: Andy Céspdes / FC Cartagena.
Partido crucial para ambos conjuntos el que acogía en la tarde de hoy el municipal Anduva en Miranda de Ebro. Para el Mirandés el choque era vital para salir de la quema, pues con 33 puntos en la jornada 30 es el último equipo que marca la zona de salvación. En el caso contrario, los cartageneros llegaban al partido con la moral por las nubes tras la goleada que le propiciaban al líder, el Éibar, la semana pasada en el Cartagonova.
Segunda vez que el Cartagena visitaba el campo de la localidad burgalesa, la pasada campaña en la primera vuelta del campeonato, los albinegros recibieron un contundente 4-0, aunque esta temporada en el Cartagonova se venció de manera muy convincente por 3-0.
Para comenzar pocas sorpresas se veían en los once de inicio; por parte de los albinegros, Nacho Gil, como había confirmado días antes en sala de prensa Luis Carrión entraba por segunda semana seguida en la alineación inicial por la baja de Gallar.
Poco aguantaría el marcador sin moverse, pues el Mirandés sacaba en corto un córner en el minuto 5 y la conexión de canteranos colchoneros ponía el 1-0 en el encuentro. Riquelme fue el encargado de poner el balón en juego tocó en corto, encaró, pisó área y puso el balón para el máximo goleador de los de Miranda, Sergio Camello, que se zafaba de los defensores y batía a Marc.
El primer periodo tampoco tuvo mucha mayor trascendencia, partido con un ritmo muy lento por parte de los dos equipos, con ligeros acercamientos pero que no supondrían gran peligro en ninguna de las dos áreas, aunque ya desde mediados la segunda parte fue el conjunto de la ciudad portuaria el que controlaba ligeramente la posesión.
Para el segundo período, Luis Miguel Carrión decidía introducir dos cambios desde el inicio. Okazaki entraba en la banda derecha para sustituir a Mo Dauda y Boateng ocupaba el doble pivote, sustituyendo a Tejera. Los locales por su parte saltaban al césped con los mismo once de inicio. El descanso sentó bien al Cartagena, que en los primeros minutos mostró un visible cambio de actitud en su juego, siendo más vertical y rondando por varios minutos el área del Mirandés.
En el minuto 60 Carrión movía de nuevo el banquillo, entraban al terreno de juego Cayarga y Ortuño, salían de él Nacho Gil y el goleador albinegro Rubén Castro. Justo en ese momento el Cartagena iba a disponer de su primera jugada rematada entre los tres palos, Datkovic estuvo a punto de poner las tablas cuando remataba un saque de esquina en el primer palo y obligaba al portero Raúl Lizoain a sacar una mano providencial.
A pesar de que el Cartagena proponía iba a ser de nuevo Rodrigo Riquelme quien iba a marcar la diferencia en el partido. El madrileño recibía, partiendo desde su campo, por la banda izquierda, encaró y se plantó en el área cartagenera, lejos de ponerse nervioso acertaba un preciso pase a la red y batía a Marc Martínez por su derecha ajustada al palo, 2-0 y duro golpe para el efesé para afrontar los últimos 20 minutos de partido.
En el minuto 77 iba a venir un golpe de suerte para los cartageneros, tras un saque de banda que peinaba Ortuño, el flojo remate de la defensa lo remataba a bote pronto Cayarga, que junto a otro rebote en el defensor despistó al guardameta del Mirandés y de una manera rocambolesca la pelota se introducía en el fondo de la red.
A pesar de que se iba a disponer de un cuarto de hora más para intentar empatar el choque la realidad iba a ser otra, el Mirandés aguantaría el último tirón del Cartagena. En el descuento Richard Boateng iba a ser protagonista por una absurda expulsión. El jugador ghanés veía la segunda cartulina amarilla tras una dura entrada por detrás cuando armaban un contragolpe de los de Miranda.
El partido iba a concluir con un ligero asedio cartagenerista sobre el área rival, tratando de rematar balones al área durante los últimos momentos incluso con el portero albinegro volcado en dicha misión, en esta ocasión no se repitió la jugada del día de la rosaleda. La ultima jugada del partido seria para los locales en un contragolpe, y un disparo casi desde centro del campo a puerta vacía, el único que tuvo fe para llegar a despejarla sobre la línea fue el central Pablo Vázquez.
El resultado del encuentro era finalmente de 2-1, lo que demuestra al Cartagena se le hacen duras las salidas del Cartagonova, sin embargo, la situación clasificatoria del equipo no dispara las alarmas por la derrota. En cuanto al Mirandés los tres puntos suponen un respiro para alejarse un poquito más de la zona del descenso.