El COVID-19 ha afectado a todos los deportes por igual. La Real Federación Española de Voleibol comunicó a los clubes el día 12 por la tarde que los partidos se aplazaban hasta el día 4 de abril y que a partir de esa fecha, los equipos, bajo su responsabilidad y estando de acuerdo ambos, podrían disputar los encuentros restantes a puerta cerrada. La amplia mayoría de los clubes de la división van a optar por no disputar los encuentros, siendo este el caso del equipo algareño.
El primer motivo que considera el club, y el más importante, es la salud. La primera plantilla dirigida por Andre Collin cuenta con diferentes jugadoras que no son de la zona, e incluso, americanas, y tanto ellas como sus familias están preocupadas ante esta situación. El Algar Surmenor ya les ha comunicado que pueden regresar a sus casas, siguiendo las recomendaciones pertinentes por los gobiernos, y que se iban a hacer cargo del resto del contrato que les queda. Otro motivo más es que no tienen ningún sitio donde entrenar, ya que en estos momentos no se puede utilizar ninguna pista municipal, siguiendo así las instrucciones del gobierno regional. Siendo la intención del equipo no jugar ningún encuentro más, si tuviese que competir, lo harían con las jugadoras de las bases.
Una temporada magnifica en este primer año en la máxima categoría hace que las cartageneras ya se encuentren salvadas matemáticamente, aunque le hubiera gustado finalizar de otra manera, agradeciendo a sus patrocinadores y aficionados el importante apoyo mostrado a lo largo del curso.
Respecto al próximo año, el club se muestra optimista para continuar en la Liga Iberdrola, pero de aquí a julio necesitan una cantidad superior a los quince mil euros para poder competir y ya se encuentran en la búsqueda de nuevos patrocinadores. También, iban a celebrar en junio el Campeonato de España Femenino de cadete, y en la situación en la que nos encontramos, no es seguro que se vaya a disputar finalmente y era una fuente importante de ingresos.