El año que vivimos tranquilamente

El año que vivimos peligrosamente es una novela de 1978 escrita por Chrisopher Koch, ambientada durante los hechos acaecidos en 1965 que desembocaron en el intento de golpe de Estado por parte del Partido Comunista de Indonesia, el 30 de septiembre. El título de la novela hace referencia a la expresión italiana «vivere pericolosamente», vivir peligrosamente, utilizada por el propio presidente Indonesio Sukarno, como título de su discurso del Día Nacional, pronunciado el día 17 de agosto de 1964.

Posteriormente, la novela fue llevada al cine en 1982, con la adaptación de Peter Weir. En la película, Mel Gibson da vida al reportero australiano Guy Hamilton, Linda Hunt al fotógrafo, Billy Kwuan, (sí, era una tía haciendo de tío) mientras que Sigourney Weaver se metía en la piel de Jill Bryant. Más allá de la espectacular fotografía y de la crudeza de las guerras libradas, la película muestra la importancia de estar en el momento y sitio adecuados para ser parte de la historia de ese lugar; soñar que harás heroicidades, protagonizarás portadas o escribirás las crónicas de las que todos queremos ser protagonistas.

vivimos

Cuando llegó a esta ciudad hace poco más de un año, Luis Carrión no se enfrentaba a un país sumido por el caos de un golde de estado, pero parecido. Se enfrentaba a un club recién ascendido y en evidente peligro de volver a caer a la dictadura de la B.

El entrenador barcelonés venía de perder una guerra con el Numancia de Soria, con el que descendió a Segunda B, y era el tercer gobernante del banquillo blanquinegro, después de Borja Jiménez y del presidente interino Pepe Aguilar. Y como en la película de Weir, comprobamos que llegó al sitio adecuado y en el momento adecuado de ser protagonista de la historia de este Club y conseguir que durante su gobierno, el F.C. Cartagena se asiente en el fútbol profesional español, con el aficionado del efesé cual Guy Hamilton, dando fe desde una postura expectante al principio, totalmente involucrada en el conflicto, ahora mismo. Ya ha conseguido que bajo su mandato, podamos disfrutar del conflicto de la permanencia como meros observadores; tranquilamente.

Durante la Ola Roja indonesia; Sukarno ejerció de equilibrista político y de mago ideológico entre las tres grandes fuerzas existentes y a veces enfrentadas: el PKI, el movimiento islámico y el propio ejército nacional indonesio; hasta en eso podemos considerar a Carrión otro equilibrista, esta vez deportivo, manejando a la prensa, al aficionado y la directiva.

Y es que nosotros no soñamos heroicidades, protagonizamos portadas o escribimos las crónicas de las que todos queremos ser protagonistas; nosotros lo que queremos es, por fin, después de muchos años, vivir tranquilos.

Lo está consiguiendo, todos (bueno, casi todos) estamos viviendo un año tranquilamente. Pero nunca estas seguro que desde algún rincón alguien esté preparando un (otro) golpe de estado. Así que, vamos a vivir este año tranquilamente. A disfrutarlo.

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