El arbitraje contra el Marbella desquició a la hinchada albinegra

No pasaron desapercibidos los “trencillas” de turno en el Coliseo cartagenero durante la contienda entre los futbolistas de Monteagudo y Estévez. Todo lo contrario, se hicieron de notar, y de qué manera. La afición blanquinegra salió echando sapos y culebras por la boca hacia las decisiones controvertidas tomadas por los que rigen, con silbato y banderines, los sinos del balompié.
“No tuvieron su mejor tarde”. Esa fue la opinión generalizada de los seguidores albinegros consultados por este diario. La peor parte se la llevo el asistente de tribuna durante el segundo acto. Juan A. Lobón García fue crucial, para bien de unos, y despropósito de otros, en su toma de decisiones, ya que anuló un gol al central cartagenero Moisés, y en otro lance del encuentro no vio -al igual que su compañero y árbitro principal, Álvaro Varón -,  un claro penalti de un defensor marbellí por parar con la mano el esférico, bajo palos,  impidiendo que  el cuero rebasase la línea que da validez al gol. Era penalti y expulsión. El partido podría haber cambiado, y mucho.

Posteriormente la ocasión acabó en el fondo de las mallas, pero de forma incorrecta, al golpear el balón con el puño un jugador cartagenero. Lo curioso es que el colegiado principal daba por válido el tanto, pero tras las reiteradas protestas de los jugadores del Marbella al asistente número 1 -Juan A. Lobón García-, el colegiado cambió de decisión al volver a consultar a su asistente, anulando definitivamente el gol.


Esas fueron algunas de las decisiones que más protestaron los seguidores del FC Cartagena, aunque no fueron las únicas, ya que también se reclamaron castigar con tarjeta amarilla numerosas faltas -5 vieron los jugadores de Cartagena, por tan solo 2 los de Marbella-, así como otro penalti en la primera parte al guineano Owusu.
Se suele decir del colectivo arbitral, que unos días te dan y otros te quitan. Parece ser que está vez tocó cruz para el FC Cartagena.