A pesar de la desgraciada circunstancia que tuvo lugar el domingo en El Plantío, el equipo no le perdió la cara al partido, ni mucho menos, y buscó con ahínco aunque sin mostrar muchos recursos, el gol que le hubiera permitido volver de Burgos con algo positivo en la maleta. Hubiera hecho justicia a lo visto sobre el césped.
Sobre la jugada clave, mano dentro del área y penalti. Esto se lleva pitando así desde hace unos años, no falla. Para mí no hay nada más que decir salvo, primero, que esta jugada se está cebando con nuestro equipo desde el regreso a la Liga Smartbank, y segundo, que a cualquiera que le guste el fútbol preferiría que se dejaran de pitar ese tipo de manos. El reglamento y su interpretación, cada vez más lejos del aficionado.
Respecto al juego, quedó claro que había un equipo que se centraba en estar bien arropado atrás, sin proponer ni arriesgar lo más mínimo, ni siquiera ante su gente. Y a la vista está que eso lo hacen bien. 0 goles recibidos en 4 partidos, 2 goles marcados y 8 puntos. Efectividad máxima. Lo de las pérdidas de tiempo lo vemos cada semana en todos los partidos, es algo que se está cargando el fútbol pero que hacen todos por igual, o si no por igual, parecido. En resumen, un partido encorsetado y trabado de los que no hacen afición, salvo que sea tu equipo el que gana.
Y en cuanto al FC Cartagena, y a pesar de esos 5 goles en las 2 primeras jornadas, le cuesta crear ocasiones y materializarlas. Y no por falta de voluntad ya que, a diferencia del año pasado, el equipo de momento está compitiendo bien fuera de casa. Habrá que seguir tocando teclas y dar con la solución. La propuesta es atractiva y hay que confiar en ella.
Supongo que el sistema cambiará de cara al partido del sábado, cuando recibamos al sorprendente líder Albacete. Lo que no cambiará será el ambiente, se huele a día grande para la afición, con el evento de las peñas y las ganas que está mostrando la grada. Y una cosa está clara, por muy cuesta arriba que se ponga el partido, este equipo y esta afición está demostrando que no va a bajar los brazos, aunque nos cueste algún que otro penalti.