La plantilla del FC Cartagena 23/24 hace aguas por todas partes. La clasificación, los números y las sensaciones lo confirman. Uno de los grandes déficits que se podía anticipar en la plantilla desde principios de pretemporada era en las bandas; el club sólo contaba con 2 efectivos en esa posición, el joven Isak Jansson y el veterano David Ferreiro, muy diferentes entre ellos pero ambos compartiendo una condición muy negativa; su tendencia a caer lesionados con asiduidad.
El mercado veraniego avanzaba y no llegaban refuerzos para la posición. En la 22/23, Jansson experimentó múltiples problemas en el pubis y Ferreiro encadenó varias lesiones y los dos sumaron pocos partidos (27 para el sueco, 16 para el gallego). Claramente era una posición con un déficit demasiado grave y costó reforzarla. El primero en llegar, aunque más destinado a reforzar la lanza de ataque, llegó ya cerca de acabar el mes de agosto, fue Juanjo Narváez, polivalente atacante que había sido objeto de deseo del club, pero que venía en baja tendencia y que el Efesé pretendía recuperar como había hecho con otros futbolistas en años pasados. Una apuesta que se podía correr. Más tarde llegó Umaro Embaló, una nueva apuesta exótica de la directiva, otro riesgo que se podía tomar, como un teórico cuarto extremo que pudiese explotar como Mo Dauda en su día. La traca llegó en las últimas horas de mercado, donde el Efesé incorporó a Jony Rodríguez, un jugador con mucha calidad pero cuyo estado físico en las últimas temporadas era conocido por todos, con problemas con las lesiones y el sobrepeso, de sobra notable desde el primer día. El Cartagena cerró a finales de agosto su nómina de extremos con 2 veteranos con muchos problemas recientes con las lesiones, 1 joven ya con un año de experiencia en el fútbol español pero con mucha tendencia a caer lesionado, 1 melón por abrir como Embaló y la apuesta de recuperar al mejor Narváez. La direcrtiva corrió un riesgo innecesario en este puesto, con demasiadas apuestas y ninguna certeza en la misma posición, coronada con la inexplicable llegada de Jony.
Este pasado domingo ante el Tenerife, el extremo Umaro Embaló volvió a entrar desde el banco, disputó algo más de 30′ y tuvo una actuación desastrosa, terrorífica. Revolucionado de más, torpe en los controles y negado en la toma de decisiones. No sumó nada a pesar de que el partido estaba propicio para un jugador veloz para él, con un Tenerife volcado que buscaba el 1-1 y que dejaba muchos espacios para que el Efesé sentenciase a la contra. No estuvo bien Embaló, que posiblemente tuvo su mejor actuación cuando debutó en septiembre, sin embargo ya le hemos visto suficiente para ver sus carencias y que la dinámica negativa del equipo no le está ayudando a desmelenarse. Podía pasar, podía ser lo normal, que este joven jugador no saliese bien, sin embargo, no es el mayor problema de Julián Calero.
El mayor problema de Julián Calero en las bandas radica en Jony Rodríguez y David Ferreiro, que ni están, ni se les espera. Tan mal lo ve el técnico madrileño, que ya incluso en las últimas fechas optaba por renunciar a jugar con extremos a cambio de sobrepoblar el centro del campo y dar más libertad a Jairo y Calero en los carriles. El asturiano vuelve a estar lesionado, sus recurrentes problemas físicos más el sobrepeso con el que sigue desde que llegó (o ‘deberes pendientes’, como decía Calero para proteger al jugador) sólo le han permitido disputar 2 partidos de Liga; 12 minutos ante el Amorebieta y 7 ante el Espanyol, por su parte, Ferreiro está lejísimos de la versión de años atrás y a día de hoy sigue siendo una losa para el Efesé cuando está en el césped. A pesar de que este año está manteniéndose sano más tiempo que el curso anterior, y con las carencias en las bandas albinegras, el ex del Huesca sólo suma 8 partidos y 342 minutos. Con Calero su rol es hiper secundario, limitado a acabar los partidos como revulsivo, donde ni por esas consigue verse fresco ante rivales cansados.
En las bandas, hasta el momento sólo se puede rescatar a un frío, irregular y joven Isak Jansson, que si bien no acaba de ofrecer consistencia cada semana y en muchos partidos pasa totalmente desapercibido, sí que está ofreciendo en partidos puntuales al menos el nivel que se puede esperar de él. Es uno de los pocos clavos donde agarrarse, este pasado fin de semana, anotó su primer gol del curso antel Tenerife.
Es obvio que las bandas serán una de las posiciones a atajar en invierno. La primera opción y la más asequible sería cancelar la cesión de un desafortunado Umaro Embaló, más complicado parece ser que los veteranos David Ferreiro y Jony Rodríguez puedan perdonar gran parte de los 6 meses que les quedarán de contrato, pues sabiendo su bajo rendimiento y tendencia a no estar disponibles para el equipo, no tendrían facilidad para encontrar un buen destino en invierno.