Me dirijo a ti, aficionado al FC Cartagena. Porque no, nosotros no elegimos ser del Real Madrid ni del Barça, aunque sea difícil no ser seguidor de alguno de los grandes equipos del país, pero en segundo plano. El que nos quita el sueño, el que nos hace llorar de emoción, el que nos hace despertarnos nerviosos un domingo sabiendo que hemos quedado con unos miles de amigos en el Cartagonova a pasar la tarde, ese equipo es el Efesé.
Y no somos del Efesé porque tengamos la certeza de llegar algún día a primera, o de jugar en Europa, ni te cuento ya lo de ganar una Champions. Somos del Efesé porque nuestro padre, nuestra madre, nuestro hermano o hermana, nuestro amigo o amiga del alma, nos llevaba al estadio, y nos hizo sentir que esos colores, el blanco y el negro, eran los nuestros. En los días buenos y en los días malos. En la grada, todos disfrutamos, sufrimos y nos hundimos juntos, aunque cada uno lo exprese a su manera. Y ese sentimiento continúa, incluso se multiplica, cuando la persona que te transmitió ese sentimiento ya no puede acompañarte al estadio.
Y no, esto no va de éxitos. A todos nos gusta que nos vaya bien, estar lo más alto posible, y si puede ser, por encima de nuestros rivales, especialmente de los más cercanos. Pero uno no quiere menos a su padre porque el de su vecino tenga un coche mejor, ni a su madre porque la de tu amigo le pueda llevar a viajes con los que tú ni siquiera puedas soñar. Los tuyos son los tuyos, y que nadie los toque.
Da igual que seamos 10.000, 5.000 o 2.000, sabes que esa gente tiene el corazón en un puño y quiere lo mismo que tú, y así se demuestra con cada gol, a favor o en contra, lo ves en sus caras, en sus gestos, y ellos lo ven igualmente en ti. No hay lugar para la mofa, ya que ese sentimiento, ridículo quizá visto desde la distancia, nos mueve por igual a todos los que allí nos encontramos. La misma pasión, el mismo objetivo.
Que no se entienda esto como una claudicación, no nos resignamos, no arrojamos la toalla, sino como un llamamiento a que, acabemos bien o acabemos mal, acabemos juntos. Si conseguimos la permanencia, lo celebraremos como un ascenso. Y si no, nos lameremos las heridas, agacharemos la cabeza, pediremos las explicaciones pertinentes a quien corresponda, y después del verano volveremos a intentarlo.
Esto es lo que siempre hemos vivido y lo que hemos aprendido. Al menos yo así lo hice, desde que mi hermano me empezó a meter el gusanillo en el cuerpo. Y a ti, ¿quién te inoculó el ADN albinegro?
Buenísimo artículo, siempre siempre EFESÉ
Gracias Alfonso
Magnífico texto, David. No como los de Sportct, que además de no dar una noticia que no sea de otros, atacan sin piedad, moviéndose sólo por rencillas personales, y sin importarle lo más mínimo el perjuicio que le causa a nuestro equipo. Si les doliera el Efesé no titularían sus artículos (muy mal escritos, por cierto) con palabras como «vergonzoso» al referirse a él. Además, son muy maleducados en sus respuestas desde Redacción y borran los comentarios que van en su contra, aunque no medien insultos, sólo algún reproche a su forma de actuar. Yo ya no los leo.
Un fuerte abrazo
Muy bueno, podemos ganar o no, pero las ganas de ver a nuestro equipo luchar y jugar es muy grande, apoyarles y animarles porque los primeros que quieren ganar son ellos, y si no ganan pues asumirlo y tener señorío de reconocer que el otro ha sido mejor o ha tenido más suerte y al próximo partido estar con el equipo a tope!!!
Gracias Javi. Algún insulto he recibido yo también de parte de SPCT, pero qué le vamos a hacer. A por el próximo partido!
Maravillas de palabras, te llegan donde te tienen que llegar, al corazón. vamos efeseeeeeeeeeeee.
Gracias Luis. Esa era la idea, remover y hacer piña entre todos
Muy bueno, podemos ganar o no, pero las ganas de ver a nuestro equipo luchar y jugar es muy grande, apoyarles y animarles porque los primeros que quieren ganar son ellos, y si no ganan pues asumirlo y tener señorío de reconocer que el otro ha sido mejor o ha tenido más suerte y al próximo partido estar con el equipo a tope!!!
Gracias Mikel, muy buenas tus palabras, totalmente de acuerdo