Minuto 39, el San Fernando marca de penalti y me temo lo peor. Empiezo a sufrir. Llega el descanso y lo veo todo negro, quizá por el runrún que se oye desde la cabina de Radio Marca en esa zona de tribuna. Minuto 79, Moisés hace el 3 a 1 y por fin puedo respirar. Y es que sin duda soy uno de los que más creen en Alberto Monteagudo, y esa fe que tengo en el proyecto , cuando las cosas no marchan, me hacen sufrir más de la cuenta. Pero no por mí, por lo injusto que sería que las cosas terminaran mal, por Alberto, por Belmonte y Breis. Quizá parto con la ventaja, a diferencia de algunos de sus críticos, de poder departir tranquilamente con él en sus visitas a las tertulias blanquinegras. Reconozco que en esos cara a cara me ganó y su ilusión y su constante trabajo era palpable en cada una de sus palabras.
Por eso ayer consideraba de vital importancia sacar el partido adelante. No era un partido más. La mala racha y la frase, equivocada para mí, en la rueda de prensa previa al partido de los 25 tuiteros, tenía con las orejas tiesas a más de uno. En mis nubarrones y sufrimiento, incluso le comenté a mi compañero Dani en la cabina que la frase se le iba a volver en contra a Monteagudo. La prueba de que no era un partido más, es que al finalizar el partido el míster se acercó hasta el centro del campo para felicitar uno a uno a todos sus jugadores.
Es una de las razones claves por las que Alberto Monteagudo es el adecuado para dirigir el ambicioso proyecto de Belmonte y Breis. Tiene el respaldo absoluto de todos sus futbolistas. Todos creen en él, en su modelo de juego, en su manera de trabajar y en su forma de ser. Es un tipo tranquilo y pausado que te convence cuando te habla. A sus futbolistas, y a mí, nos tiene convencidos.
Además, pese a las críticas, ha implantado un sistema de juego vistoso, alegre, ofensivo y dinámico. Un juego de asociación reconocido por todos y que es muy difícil de ver en toda la segunda B.
Claro que no todo sale siempre como quiere el míster y claro que comete fallos, faltaría más. Incluso yo mismo critiqué que no fuera más ofensivo la semana pasada en Marbella, no me gustó el 1-3-5-2 o 1-5-3-2, según se mire. La crítica está permitida, él mismo lo reconoce. Pero la crítica desaforada e irrespetuosa es la que está fuera de lugar.
Pero los datos están ahí, en su primera temporada cogió a un equipo muy tocado anímicamente, a 3 puntos del descenso y lo colocó en puestos que daban acceso a disputar la Copa del Rey al año siguiente. En su segunda temporada, el año pasado, nos clasificó para disputar el playoff y rozamos el ascenso (si el año pasado está Aketxe en la plantilla estaríamos en segunda…). Y este año, pese a los últimos resultados, vamos a jugar en Copa ante todo un Sevilla y estamos tan solo a 3 puntos del líder.
Coincido con Francis Moya hoy en La Verdad cuando dice que en Cartagena nos aburrimos si vemos la misma cara durante un largo tiempo, pero sería inaceptable que la afición se volviera al palco para pedir la cabeza de Monteagudo, como leí tras la derrota en Marbella, y que Belmonte y Breis se pensaran seriamente si merece la pena seguir invirtiendo su tiempo y dinero aquí.
Espero que el partido de ayer sea un punto de inflexión y que el equipo muestre su verdadero potencial, el de principio de temporada, con llegadas y goles, con intensidad y presión. Yo confío.