Para los que somos de Miranda y además futboleros, era un acontecimiento jugar el partido de solteros contra casados de las fiestas patronales junto al gran Juanmi, el mítico portero cartagenero internacional absoluto, que tiene raíces y familia en el pueblo, y que aparecía cada año para maravillarnos jugando de extremo izquierdo.
En esa pequeña localidad cartagenera, en el seno de una entrañable familia conocida por, entre otras cosas, la peluquería que regentaban, nació y creció el protagonista de nuestra historia de hoy, el hombre gol del filial del Efesé, José Manuel Vivancos García, Josema.
Desde muy pequeño le gustó jugar al fútbol, y a los 9 años, empezó a jugar con unos amigos en la E.F Santa Ana. Tras un año allí, fue a jugar a Pozo Estrecho con el Juvenia, donde estuvo dos años en los que vio que lo suyo era hacer goles, no obstante metió alrededor de 60 cada año. Después, 4 años en Ciudad Jardín, y 2 más en Pacheco, con ascenso a división de honor incluido y disfrutando de la máxima categoría juvenil en su último año allí.
Ya como senior, dió el salto al Villarreal, para incorporarse al equipo C en Tercera. Esta es, sin duda alguna, una de las canteras que mejor trabajan y mejor cuidan a los chavales en toda España, y que debería ser un ejemplo para el proyecto de cantera del FC Cartagena.
Con los groguets pasó 3 años, siendo el último de ellos una temporada difícil, con lesiones y sin continuidad.
Es aquí cuando llega la oportunidad de volver a Cartagena. El intento del club por rescatar el talento cartagenero y de la región en general, sumado al buen trabajo y rendimiento mostrados por Josema, desencadenan la vuelta del ariete a su tierra, para incorporarse al filial albinegro que dirige Pepe Aguilar y cuyo objetivo no es otro que conseguir el ascenso a 2ª RFEF, ese que se escapó entre los dedos la campaña anterior. Viendo al equipo jugar, ves que hay talento y compromiso para conseguirlo, y esperemos que tengan la pizca de suerte necesaria para lograrlo.
Volviendo a Josema, le vimos en pretemporada con el primer equipo, donde incluso llegó a hacer un gol y a dar una asistencia. A sus 22 años recién cumplidos, ha empezado la campaña como un tiro en el grupo XIII de la 3ª RFEF, y ya lleva la friolera de 9 goles en 10 jornadas disputadas. Delantero fuerte, bueno en el juego aéreo, habilidoso con los pies y con ese don tan escaso en el mundo del fútbol que es la tranquilidad de cara a portería y la facilidad para hacer goles. Se ha acoplado muy rápido al equipo y se entiende a la perfección con sus compañeros de ataque, y ya es uno de los jugadores de moda en Cartagena, donde esperemos que tenga una larga y fructífera carrera. De momento tiene contrato hasta final de temporada, el tiempo y las circunstancias dirán lo que sucede después. Y el rendimiento, claro, que hasta ahora está siendo inmejorable. Algo que no ha pasado desapercibido para los técnicos del primer equipo, que contaron con él para el partido en Leganés, estrenándose así en una convocatoria en LaLiga Smartbank. No será la última.
Me estoy imaginando el orgullo con el que llegaría su abuelo Pencho al Casino del pueblo, con su permanente sonrisa, presumiendo de los logros de su nieto, al que se le caen los goles de los bolsillos. Goles con sello cartagenero y, por qué no decirlo, con sello mirandero.