La Ciudad Deportiva de Armilla, con capacidad para 130 espectadores, se quedó demasiado pequeña para acoger a la afición cartagenerista, desplazada en número de unas cincuenta unidades a la localidad granadina.
El Granada, en una decisión más que discutible, dejó fuera de la Ciudad Deportiva a quien había viajado desde la ciudad departamental para que sus aficionados pudieran ver el partido desde la grada.
Los seguidores cartageneristas se vieron obligados a seguir el partido desde fuera del complejo deportivo, en la zona del lateral, de pie y a través de una valla.
Paco Belmonte y Manuel Sánchez Bréis, presidente y manager general del club, se solidarizaron con los aficionados y vieron el partido junto a ellos en sus mismas condiciones en lugar de acudir al palco.