La magia de la Navidad

Está a a punto de irse un año que se ha ganado con creces la etiqueta de “especial”. No lo quiero calificar de otra forma ni verlo desde el lado negativo porque todo pasa por algo y de todo debemos aprender una lección, eso es la vida, ni más ni menos.

Si nos limitamos a lo meramente deportivo, de este 2020 que se nos va me quedo con el regreso del FC Cartagena al fútbol profesional casi una década después del último ascenso y, como no podía ser de otro modo, sucedió en medio de una pandemia, sin público y tras una sufrida tanda de penaltis.

Por supuesto, me quedo con lo bueno. La temporada se suspendió casualmente después del mejor partido (casi el único en el que el equipo se vio en su plenitud futbolística) de la era Borja Jiménez, que le sirvió para colocarse líder gracias al pinchazo del Marbella. Llamémoslo suerte.

Lo cierto es que los números de Borja al frente del Cartagena no han sido para tirar cohetes pero es un tío con suerte, como lo fue el Efesé en este 2020, y entre unas cosas y otras; pandemias, estadios vacíos y demás, se mantuvo aproximadamente un año al frente del equipo. No está nada mal teniendo en cuenta que en los 31 partidos que ha estado al frente del equipo como técnico sólo ha ganado 36 de los 93 puntos que ha disputado, un 38,7% de los que había en juego, con 9 victorias (4 en segunda B y 5 en segunda), 9 empates (5 en segunda B y 4 en segunda) y 13 derrotas (3 en segunda B y 10 en segunda). Demasiado ha aguantado, cuentos de la lechera a parte.

Y hablo de cuentos de la lechera porque desde el mismo momento en el que se logró el ascenso he escuchado como el entrenador abulense se allanaba el terreno en cada intervención que hacía, justificando y normalizando los malos resultados que podrían llegar, de manera que si se perdía sería lo normal y si se ganaba se habría logrado poco menos que una proeza, que esto ya no era la segunda B. Bajo mi humilde opinión en ese preciso momento comenzó a cavar su propia tumba.

Hoy por hoy esto puede sonar ventajista pero juego con la ventaja, valga la redundancia, de que esta misma idea ya la expuse en pretemporada antes de que comenzara el campeonato, cuando creía (y no me he equivocado) que ese discurso conservador de Borja le cortaría las alas a un equipo que, desde mi punto de vista, no es tan malo como para llevar 4 puntos de los últimos 27 que se han disputado. Cosas del fútbol, de las rachas, de los estados de ánimo y demás. Por eso creo que este era el momento, tal vez se ha tardado demasiado, de afrontar un cambio de entrenador para intentar invertir la dinámica de un equipo que llevaba puesta la directa para regresar a la categoría de la que tanto costó salir.

Creo sinceramente que con la motivación adecuada hay plantilla más que de sobra como para acabar la temporada en una posición cómoda en la tabla. Creo que con una buena gestión del vestuario (que no hay que olvidarse que está compuesto por personas) se podría sacar más rendimiento a los 25 que forman la plantilla. Creo que estos jugadores no son tan malos como lo resultados de estos dos últimos meses indican. Hasta el mismísimo Borja fue capaz de obtener un brillante rendimiento de esta plantilla (tan mala según algunos) en el mes de octubre, y menos mal porque de no haber sido así a estas alturas estaríamos en una situación irreconducible. Quiero decir con esto que estoy moderadamente tranquilo porque sé que hay buenos mimbres en la plantilla y que con unos retoques en la parcela defensiva y la contratación de un motivador que sepa sacar rendimiento a todo el grupo, se puede lograr el objetivo sin problemas.

El fútbol, como casi todo en la vida, es una cuestión de confianza. Estamos cansados de ver cómo los jugadores de élite pasan por rachas buenas y también por rachas malísimas, todo está en la cabeza. Si les pasa a los jugadores individualmente, cómo no va a pasar en lo colectivo. Hay veces que te entran todas y veces que sabes que va a ir fuera antes de pegarle al balón. Si se logra enmendar eso, si se logra recuperar la confianza de los que tienen que saltar al campo cada fin de semana, tendremos mucho ganado. Yo creo en la plantilla que hay. De verdad que pienso que con dos (o tres) pincenladas en la parcela defensiva tenemos una buena plantilla para acabar la temporada sin problemas. Que tenemos a Elady, Rubén Castro y Gallar, cojones, que es de las mejores delanteras de la categoría.

Dejemos que los Reyes Magos hagan su trabajo. Confiemos en la magia.

¡Vamos a comernos el 2021!

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