Los que vivimos el fútbol desde bien pequeños, sabemos de lo bonito que es este deporte y que va mucho más allá de lo que ocurre en 90 minutos en el césped. Sabemos que es un deporte que no entiende de razas, condiciones o clases, que nos une a todos y donde un pequeño gesto de un futbolista o un equipo, puede trascender de por vida en el corazón de una persona. Una realidad muy alejada de ese tópico de que son «22 tíos corriendo detrás de una pelota».

Este año, el FC Cartagena cuenta con un equipo en la Liga Genuine Santander, una competición integradora, desarrollada por la propia Liga española, conformada con jugadores pertenecientes al colectivo DI (discapacidad intelectual) donde tanto los equipos de Primera como de Segunda División se ven representados. Este mes de noviembre compitieron en un torneo de bienvenida a los nuevos miembros de la competición, en un grupo que les encuadró a Ibiza, Barcelona, Fuenlabrada, Burgos y Ponferradina.
Los cartageneros disputaron 3 encuentros, de los cuáles ganaron 2 y perdieron 1, acabando el torneo en una meritoria tercera posición, sólo por detrás de Fuenlabrada y Barça. Esta tarde, antes del inicio de encuentro entre Cartagena y Burgos, los jugadores de ambos conjuntos les hicieron el pasillo, para que después el Cartagonova les ovacionase.
Posteriormente, ya acabado el partido y mientras que todos celebraban, los jugadores del Cartagena Genuine saltaron al césped a celebrar con los jugadores, los cuáles les arroparon y animaron a venirse con ellos a hacer el saludo vikingo, que se está convirtiendo en un habitual del Cartagonova tras las victorias, en un gesto que los chicos recordarán de por vida.