En la tarde de ayer, el Villarreal B se impuso por 5-2 al FC Cartagena. Fue un partido realmente competido, lejos de lo que indica el marcador final, pero un caótico final de partido, con 2 expulsiones para el bando albinegro y 2 penaltis, terminó de reventar el encuentro. El quinto tanto lo anotó el escuálido atacante Nikita Iosifov y, sin motivo aparente, decidió celebrar el gol en la zona donde estaban los aficionados cartageneros desplazados, el jugador amarillo pegó una patada al banderín de corner, el cuál salió disparado hacia la afición efesista, además de mandar a callar tanto a la afición local como a la visitante, en una celebración sin sentido. El técnico del filial groguet, Miguel Álvarez, antes de iniciar a responder las preguntas de la prensa, manifestó su descontento con su jugador.
«Quiero pedir disculpas a la afición del Cartagena, en especial a todos los que vinieron aquí a ver el partido, porque se han desplazado muchísimos kilómetros, ahora tienen muchos kilómetros de vuelta y no es de recibo que se les trate así, que un chico se equivoque. Empatizo con el crío, porque lleva tiempo sin jugar, seguramente su reacción no ha sido la mejor y yo, como entrenador, en nombre del Villarreal B y de la entidad, pido disculpas porque creo que no es lo justo, ya le diremos lo que tiene que hacer, porque aquí además de la formación futbolística hay una más importante que es la de valores, porque estamos en el Villarreal y eso no lo vamos a permitir. Quiero ser el responsable, porque soy el entrenador y es culpa mía, así que todas las disculpas del mundo y empatía con la afición del Cartagena, a la que le deseo lo mejor en un futuro».