Cuando Miguel Ángel Jiménez Bosque desembarcó como máximo dirigente del fútbol sala cartagenero hace 3 temporadas, adquiriendo la propiedad del equipo de Roberto Sánchez, que con tremendo esfuerzo mantuvo este deporte en la ciudad en la máxima categoría durante muchos años, a buen seguro que no tenía previsto jugar su primera Fase Final de la que dicen la mejor Liga del mundo transcurridos 3 años.
Para un empresario de éxito, cartagenero de corazón, y acostumbrado a alcanzar cuantos objetivos se propone, no entraba en sus planes que el equipo de su tierra fracasare en el intento de pasear por España el buen nombre de la Trimilenaria.
Descontado el primer año por la premura de su llegada y lo difícil de articular una plantilla en apenas dos semanas – recuérdese que su llegada al club se produjo a final del mes de agosto, con apenas unos días para comenzar la temporada-, encaraba su presidencia una segunda temporada capitaneada por el técnico André y una serie de fichajes de los que apenas nos queda el recuerdo.
No se iba a conformar el Presidente quien, en un golpe de timón, dio las riendas del proyecto a uno de los mejores entrenadores del mundo: Duda. El objetivo era claro, tener al mejor para ser los mejores.
Más allá de los resultados, la llegada del técnico brasileño supuso el espaldarazo definitivo al proyecto de Miguel Ángel en Cartagena. Se recuperó la paz social, se incrementó sobremanera el apoyo a la entidad por parte de la afición, y sobre todo, se generó una ilusión que se mantiene hasta la fecha, una comunión entre directiva, afición y jugadores.
Por vez primera en muchos años, puede presumir el fútbol sala cartagenero de tener un proyecto fiable, solvente y duradero gracias al empeño y convicción de un Presidente que no estaba dispuesto a dilapidar su patrimonio año tras años.
Nos encontramos ante una situación envidiable en el panorama nacional, habida cuenta de la pandemia que asola económicamente a la mayoría de las entidades. Una entidad solvente, con proyecto, con un pabellón envidiable, en cuya puesta en marcha tuvo mucho que ver la determinación del propio Jiménez, y unos jugadores de reconocido prestigio, entre los que destaca la joya de la corona: Mellado, el que está llamado a ser el estandarte del equipo en los próximos años. Buena cuenta se ha dado el Presidente de ello, que ha tenido a bien blindarlo hasta el año 2024, lo que acredita de manera inequívoca que no va de farol el señor Jiménez y tiene previsto que haya muchos años de fútbol sala en la ciudad.
Le toca disfrutar el Presidente esta semana. Se hizo cargo del proyecto para que Cartagena estuviese presente en lo más alto del panorama nacional del fútbol sala. Quiere hacer campeón al Jimbee Cartagena y no va a cejar en su empeño hasta conseguirlo.
Decía Publius: “Ubi concordia, ibi victoria”. Donde está la unidad, está la victoria. De eso, ya no le queda ninguna duda al Presidente.
Federico Santaella Pintado @fedee__
Foto destacada: José López