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Estos últimos años, el FC Cartagena parece estar especializándose en solamente tres tipos de jugadores; perfiles muy ofensivos, jóvenes prometedores sin nada de experiencia en España y futbolistas veteranos que, otros equipos, parecen considerar que sus mejores días han pasado y que ya no pueden resultarles tan útiles; Óscar Ramírez, Rubén Cruz, De Blasis, Rubén Castro, Raúl Navas, De La Bella… son algunos de los nombres más destacados a los que el Efesé ha conseguido sacarles todo el jugo en tiempos recientes. Uno de los primeros objetivos del club albinegro en este mercado veraniego fue Mikel Rico, jugador de 37 años y que iba a desvincularse del Huesca tras 6 temporadas allí (en dos etapas diferentes), el centrocampista vasco es un ídolo en tierras oscenses y ha sido muy importante en alguno de los años más importantes de su historia, sin embargo el curso anterior, a sus 37 años, parecía haber bajado el pistón. (FOTO: ANDY CÉSPEDES – FC CARTAGENA)
Días antes de anunciarse su contratación por el Efesé, destacaba que si no encontraba un club cercano y donde pudiese reencontrar su mejor fútbol, incluso meditaría la retirada. Ha tenido una brillante pretemporada, posiblemente fue el hombre más destacado de los amistosos de preparación junto a Jairo, Calero y Ortuño. Su principio de campaña está confirmando estas buenas sensaciones, si no conociésemos su edad, cualquiera diría que el vasco tiene 37 ‘palazos’, le vemos flotando por todo el campo, fino y dando mucho sentido al juego del Efesé, un juego que le viene como anillo al dedo, especialmente ahora que tiene un escudero como Damián Musto a sus espaldas. En la primera jornada, completó 42 de los 44 pases que intentó, protagonizó varios cambios de orientación espectaculares y anotó uno de los goles de la jornada, lanzándose en plancha para rematar un obús de cabeza prácticamente desde la frontal. Apenas perdió 5 bolas y recuperó 9, casi el doble.
Ayer, resultó curioso como se impuso sobre el centro del campo del Huesca, el mismo club que semanas atrás le había desechado y que no poseía un jugador que fuese capaz de mover y estirar a su equipo con la pelota, algo que Rico hizo a la perfección. El mediocentro ahora efesista repartió 21 de sus 27 pases con precisión, ganó de los duelos por la pelota (11 de 17 en los que intervino) y perdió tantas bolas como recuperó, 7. Estuvo espectacular en el 1-2, cogió la pelota en las cercanías del área, detuvo el tiempo, atrajo a dos defensores y le permitió a Calero que se colase en el área para que el lateral le sirviese el gol en bandeja a Ortuño.
Algo pasa en Cartagena con los jugadores veteranos, algo especial hay aquí para ellos. Son recibidos con los brazos abiertos por la afición y el club, y parecen sentirse realmente cómodos en el ecosistema albinegro. Jugadores que, posiblemente ya tienen sus mejores días de fútbol a sus espaldas, pero que tienen gasolina de sobra para añadir algún capitulo más a su historia personal. Sin duda, cuantos más casos como estos vayan sucediendo, mayor capacidad de atracción tendrá el Efesé para incorporar a jugadores de este perfil que aún se sientan motivados de ser importantes en un proyecto ambicioso.
