No era un día fácil el de ayer en el Cartagonova. El conjunto cartagenero llega con una mala racha a este sprint final, tras ofrecer una desagradable imagen en Lugo, con las opciones para PlayOffs más remotas que nunca y con la sensación de que la temporada 2021/22 ya prácticamente se da por finiquitada en Cartagena, debido al amplísimo y meritorio colchón del club albinegro sobre los puestos de descenso, pero también por la renta que tiene el sexto clasificado (actualmente, el Oviedo, con 8 puntos más). No parecía el mejor día para que nos visitase un Alcorcón que ya venía con la soga en el cuello, buscando un verdugo que les mandase de vuelta a la categoría de bronce. Salió excesivamente relajado el Efesé, que se dejó dominar, vio como el colista se adelantaba en su feudo y, a pesar de eso, posteriormente apenas lograron responder, con una parsimonia impropia de la imagen habitual mostrada por el conjunto de Carrión en Cartagonova.
Si alguno del once titular se salvó de la quema, ese fue Pablo De Blasis, a su 34 años, para el que no existe un partido ‘sin nada en juego’. El argentino se empeñó en cambiar la imagen de un triste Cartagena, que no contestaba al dominio alfarero. Los albinegros se encontraban bloqueados cuando les tocaba el turno con la bola, nadie se atrevía en la salida de pelota, y se echó de menos a Bodiger, el faro de este equipo. Ni los centrales, que no encontraban alternativas e insistieron con constantes e inoperantes pases entre ellos, ni el doble pivote, que tampoco dio soluciones a un Efesé gris, sin ideas. Ahí estaba Pablo De Blasis para revertir la situación. Retrasó su posición original, la de mediapunta, y bajó con frecuencia a ofrecer apoyo en la salida y construcción de juego. Tras eso, corrió, organizó, movió en largo, movió en corto, robó balones, paró contras, ganó disputas aéreas con sus 1’66m, dio órdenes, animó a compañeros, encendió a la afición, provocó faltas, sacó faltas, sacó córners, ¡hasta anotó un par de chicharros! que este año, se le iban atragantando, con razón celebró el primero con tanta efusividad. Prácticamente, sólo le faltó ponerse de portero y atajar el penalti del 0-1 rival para hacer todo lo posible que se puede hacer en un campo de fútbol. Tan claro vio Carrión el estado del ‘8’, que tras el descanso incluso optó por destruir el doble pivote y retrasar a PdB a esa posición. El 3-1 final tras una intensa segunda parte, lo resume todo.
El propio Carrión destacó la enorme actuación del argentino, comentando que es increíble ver cómo se deja el alma. También dejó ver que su futuro pasa por cotas ambiciosas. El jugador nunca ha escondido que quiere jugar de nuevo en la Primera española, o quizá regresar a su país natal mientras pueda seguir estando a alto nivel, así que la tarea del Efesé por mantenerlo este verano para que vista la elástica albinegra por tercera campaña, pinta como un desafío muy complicado pero realmente esperanzador en caso de que llegase a producirse. A sus 34 años, tiene mucho fútbol aún por ofrecer y una mentalidad de líder y competitividad realmente difícil de encontrar. Los mayores hablan de Alejandro Sagarduy, otros, de Alberto García, los más jóvenes siempre recuerdan a Víctor, el estandarte de la anterior etapa en 2ª y muchos ya colocan directamente a Rubén Castro, que aún sigue goleando con la albinegra, pero en mi humilde opinión, el ‘chiquito’ es ya el mejor jugador que he visto defendiendo la albinegra en el Cartagonova. Sin duda alguna, es un ‘distinto’.