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De no jugar ni un minuto en las primeras 8 jornadas, a completar sin perderse ni un segundo de los últimos 1.650′ minutos que ha disputado el FC Cartagena, ya sea en Liga o Copa. En ese tiempo, a Pablo Vázquez le ha dado margen suficiente para erigirse como el líder de la línea defensiva y como uno de los hombres fijos de Carrión, que es un técnico que no se casa con nadie y que confía en cualquier integrante de su plantilla, sin embargo el central valenciano es junto a Marc Martínez, Bodiger y Rubén Castro de los únicos a los que parece difícil desplazarles de su puesto. La irrupción de Pablo Vázquez ayudó a cambiar la mala dinámica defensiva del Efesé, el zaguero aporta colocación, velocidad y jerarquía. Desde su entrada en el once, el club albinegro ha dejado atrás esa endeblez defensiva, y de estar en mitad de la tabla, pasando apuros porque en muchos partidos el equipo se deshacía con facilidad, han pasado a estar en una meritoria octava plaza, muy lejos por puntuación del descenso y con un runrún de poder aspirar a algo más bonito si se alcanzan pronto los 50 puntos.
Ayer tuvo uno de los partidos más importantes de su carrera, fue junto a Bodiger el único titular habitual que jugó de inicio ante el Valencia. Su actuación no defraudó, cogió las riendas en la salida de pelota, con mucha tranquilidad, sabiendo cuándo tocar fácil y cuándo podía tirarla en largo a Ortuño, que hizo un enorme trabajo bajando bolas largas. Fue un dolor de muelas para los rivales de Primera, siempre atento y sin dar un respiro. Ayer se asoció con éxito en 69 de los 75 pases que intentó (92%), siendo 12 de ellos pases en largo, ganó el 86% de los duelos que disputó ante oponentes y recuperó 12 pelotas.
Tras 1.600 minutos, vio su primera amarilla como Efesista, y fue cuando la primera parte ya había acabado. Vio clara la agresión a Boateng, que el árbitro González Fuertes no quiso ver, Pablo Vázquez fue corriendo a protestarle y el colegiado, con aires bastantes chulescos, ni le dio opción de dialogar y le enseñó una tarjeta amarilla que le podría haber condicionado los 45 minutos que restaban.
Es obvio que tanto Vázquez como Cartagena quieren continuar juntos, su contrato acaba este verano y, no sólo ha demostrado que tiene nivel para liderar la defensa cartagenera, también se está colocando como uno de los centrales de más nivel de la Segunda División, por lo que seguramente muchos clubes le estarán siguiendo de cerca, pero es cuestión de tiempo para que el zaguero llegue al número de partidos necesarios para ejecutar la renovación automática por un año más, cláusula que está incluida en su contrato.
