Uno de los mayores cambios que hemos notado en este mundo que tanto amamos, el del fútbol, es que desde hace un tiempo para acá, todos conocemos los nombres y apellidos de absolutamente todos los árbitros de la categoría que más seguimos, incluso ya hasta conocemos perfectamente su cara o su procedencia. En una profesión como la de colegiado donde, por lo general, cuanto más inadvertido pases, posiblemente es que mejor lo estés haciendo, empieza a ser realmente preocupante. Que los propios encargados de velar por un justo desarrollo de los encuentros se erijan una y otra vez como protagonistas de los partidos obviamente no es el camino. Que te metas en cuentas de Twitter de los equipos españoles en los minutos previos al inicio del partido y los primeros tweets que te encuentres sean ‘tipster’ de apuestas deportivas recomendando apostar al número de tarjetas o a que habrá una expulsión segura en ese partido, no es absolutamente normal.
A poco que veas un poco de fútbol español y un poco de fútbol internacional, te das cuenta la disparidad de criterios que hay aquí o en el resto de las ligas ‘top’ de Europa. En este episodio obviaremos el asunto de los penaltis por mano, pues es una lucha perdida y semana tras semana, mismas acciones dentro del área son penalizadas de diferentes maneras, no lo entiende nadie, ni aficionados, ni jugadores, ni entrenadores y, preocupantemente, tampoco los colegiados. Esta jornada, en La Liga SmartBank, la Segunda División española, tras 10 de los 11 partidos disputados, se han mostrado 6 tarjetas rojas.

¿Qué está fallando? ¿Hay tanta agresividad en la competición española? Yendo ya a los fríos datos… tras 32 jornadas de campeonato, con 319 partidos disputados, se han mostrado 121 tarjetas rojas, en 121 ocasiones un equipo de la SmartBank ha perdido un componente, cada 2’6 partidos hay una expulsión. ¿Es un dato normal? ¿Es normal que la Segunda División española duplique (por mucho) la cantidad de tarjetas rojas mostradas cuando en la Championship inglesa se han disputado 134 partidos más?
Los datos, reflejados en este gráfico que hemos elaborado en Efesista, son realmente preocupantes. Los equipos no compiten igual cuando tienen un efectivo menos, se cargan la competitividad y el espectáculo. ¿De verdad vemos juego tan duro cada fin de semana? Como consumidor habitual de la SmartBank, yo, no lo entiendo. Los datos de España son aberrantes en comparación a los de las otras Segundas Divisiones ‘top’ de Europa; se duplica el ritmo de tarjetas rojas (una cada 2’6 partidos) a Alemania (1 TR cada 5’6 partidos) o Países Bajos (1 cada 7’1), se TRIPLICA los números de la Championship inglesa, que apenas muestra 1 roja cada 8 encuentros. Sólo los números de Francia (1 cada 3’5 partidos) o Italia, la única más severa (1 cada 2’56, números casi calcados) se acercan a los de España.
Por poner ejemplos concretos, Álvaro Moreno Aragón ha mostrado 11 Tarjetas Rojas en 17 partidos arbitrados esta campaña 22/23. Él sólo, ha mostrado un 19’6% de todas las Tarjetas Rojas que se han mostrado en la Championship de Inglaterra (56) tras 453 partidos jugados y 38 jornadas disputadas. El Racing de Santander, en 32 partidos disputados, ha recibido 10 expulsiones; en la 2. Bundesliga se han enseñado 40 rojas en 225 partidos... ¿No es un dato escandalizador? ¿No falla algo en el fútbol español?
Algo debe cambiar en los arbitrajes de nuestro fútbol patrio. Obviamente, las polémicas siempre existirán, todos pensaremos en jugadas dudosas que nuestro equipo está siendo perjudicado, pero con los datos en mano, todo se cae por su propio peso, las ocasiones en las que los colegiados españoles interfieren en el desarrollo del juego, en comparación al resto de ligas ‘top’ de Europa, es aberrante y está lejos de ser el camino.