Hoy os traemos en «Mirando al pasado» a Sergio Fernández, uno de los héroes del 1998 y autor del gol decisivo con el que el equipo cartagenero patrocinado por Mínguez Saéz lograría ascender por primera vez en la historia de Cartagena a la división de honor del fútbol sala. Sin duda, unos de los culpables de que muchos de los aficionados de hoy en día sigamos ligados al fútbol sala a pesar de pasar 22 años desde ese día.
A pesar de ser cartagenero, nuestro invitado de hoy no lo tuvo fácil para fichar por la primera plantilla de Mínguez Sáez y al comienzo de su carreta deportiva se tuvo que buscar las habichuelas fuera de Cartagena, precisamente en Alcantarilla, que en la época de los noventa era un referente nacional en la fábrica de jovenes talentos del fútbol sala. Una vez que había triunfado en Murcia, no dudó ni un momento en venir a Cartagena para defender los colores de su equipo y de su ciudad.
¿Qué recuerdo tienes de tu etapa en Cartagena y la ciudad?
Todos los recuerdos que tengo de Cartagena son buenos. Aunque me costó llegar al equipo de mi ciudad, no dudé ni un momento cuando recibí la llamada de Javi Aparicio y Blas, ya que yo siempre había querido jugar aquí a pesar de venir en peores condiciones económicas que en mi estancia en Alcantarilla. Esta ciudad tiene mucho encanto y siempre se ha volcado con cualquier deporte cuando lo ha necesitado. Recuerdo que al principio, solo venían nuestros familiares y la peña White and Blue Lions, que se situaba en el lateral justo debajo de la cantina y nunca fallaban, pero partido a partido fuimos metiendo a la gente en nuestro bolsillo hasta conseguir llenar el pabellón, algo que era muy difícil de conseguir en aquellos años en cualquier sitio de España.
¿Mejor jugador con el que has compartido vestuario en tu etapa en Cartagena?
Es difícil elegir a uno. En Cartagena teníamos a Blas que era nuestro máximo exponente, venía de jugar en primera división y llegó a ser internacional absoluto con España. Posteriormente vino Cecilio que era un espectáculo y cada vez que tocaba la bola levantaba al pabellón.
¿Un jugador ejemplar dentro y fuera de la pista?
Pepón con el que compartí vestuario en mi etapa en Alcantarilla, le debo de agradecer mucho ya que aprendí muchísimo de él. Yo era un chaval y el venía de Elpozo Murcia, con muchisima experiencia y calidad. Fue un referente con el que tuve el placer de compartir vestuario.
¿Cúal fue la mayor decepción deportiva en Cartagena?
El año que me tocó marchar de Cartagena fue un año muy difícil. Jugamos nuestra primera temporada en primera división y la salvamos como pudimos. La plantilla era casi toda de Cartagena y los recursos no eran los mismos que se tienen hoy en día. A pesar de todo eramos una familia y el entrenador confiaba mucho en mi. Siempre me decía que iba a contar conmigo para los siguientes años, pero cuando terminó la temporada tuve que hacer las maletas y seguir jugando fuera de Cartagena.
¿Qué partido recuerdas con especial cariño?
Fueron muchos, todos los partidos eran especiales, pero el partido en casa contra el Móstoles, que fue el día del ascenso, y en la que tuve la suerte de anotar el gol decisivo, fue especial. Ese día el pabellón estaba lleno dos horas antes del comienzo del partido. La afición estaba loca de alegría antes del partido y mucho más al finalizar al conseguir el ansiado ascenso, eso siempre quedará en nuestra memoria.
¿Qué jugador era el más bromista del vestuario?
Una de las claves del ascenso es que eramos una familia dentro y fuera de la pista. Nos reíamos muchísimo pero creo que Víctor y yo eramos los mas juerguistas del grupo.
¿Cúal ha sido el rival (jugador) más “odiado” al que te has enfrentado?
Jugador odiado ninguno, todos han tenido siempre mi respeto, pero si que había jugadores que sabían llevarse el partido a su territorio y te lo hacían mas complicado, se echaban a la grada encima e intentaban desestabilizar. Los especialistas en eso eran Ángel de Albacete y Paulo Roberto, cuanto más ajetreo había en la grada mas disfrutaban dentro de la pista.
¿Cúal ha sido el mejor rival al que te has enfrentado?
Paulo Roberto y Joan eran jugadores totalmente diferentes al resto, hacían goles por castigo y tenían magia en sus botas.
¿Quién era tu ídolo en tu etapa de jugador?
Tenía dos referentes Cupin y Lorente ya que jugaban en mi posición y para mi, eran los mejores.
¿Quién es el mejor jugador para ti actualmente?
Ricardinho ya que todo lo que hace, es diferente. Es un jugador de calle, que se atreve y se ha atrevido a todo, un mago del balón.
¿A qué te dedicas actualmente?
Actualmente sigo vinculado al deporte pero de manera diferente. Soy la persona encargada de comercializar en la zona de Murcia/Almería a la marca Luanvi.
Como anécdota Sergio Fernández antes de cada partido iba a la iglesia de la Caridad con dos rosas para rezar a nuestra patrona. Las dos rosas siempre las mojaba en el agua bendecida de la pila bautismal y se las llevaba al partido. Quitaba un pétalo de cada rosa y se las introducía dentro de cada zapatilla, mientras las rosas permanecían en el banquillo durante el partido. Era un ritual que hacía en cada enfrentamiento y tan bien le fue a él, que sus propios compañeros fueron haciendo el mismo ritual, introduciendose un petalo de rosa en cada bota .
Todos los aficionados del Fútbol Sala Cartagena recordamos con cariño a Sergio Fernández como un futbolista con mucho pundonor, que sustituía algunas de sus carencias técnicas, con entrega, lucha y corage. Un jugador de equipo, de los que todos los entrenadores quienen tener en su plantilla, siempre en primera fila al pie del cañón.
Desde estas líneas, Sergio Fernández, quiere recordar a su compañero Salvi, que nos abandonó en Septiembre de 2019 con el que compartió vestuario en Cartagena, y que esté donde esté estará velando por todos nosotros y por el fútbol sala.