Cuando Raúl Navas aterrizó en Cartagena la ilusión se disparó entre todos y cada uno de los socios y aficionados de nuestro club. Era una obviedad que alguien con su bagaje en el fútbol profesional subiría el nivel de la defensa en particular y del equipo en general. De hecho, no hicieron falta más que cinco minutos en su debut ante el Sporting de Gijón para discernir que habíamos encontrado al ‘káiser’ que tanto necesitábamos; el “nuevo Pascal Cygan” aventuraban algunos. Entre Breis y De La Bella habían convencido a un jugador de primer nivel para que se uniera al por entonces zozobrante proyecto albinegro ante las miradas incrédulas e incluso recelosas de muchos equipos de la Liga Smartbank.
Raúl Navas pasó del ostracismo casi absoluto en Osasuna a ser el MVP en prácticamente todos los partidos que disputaba con el Cartagena. Sin embargo, también es cierto que tuvo un par de actuaciones en las que se autoexpulsó y dejó al equipo en una situación delicada en un momento clave de la temporada. Como diría aquel, lo cortés no quita lo valiente y el sevillano pronto volvió a dar el gran nivel al que nos había acostumbrado. Su contribución a que el Efesé salvara la categoría está fuera de toda duda y la afición, que sabe reconocer el talento y el esfuerzo, le idolatraba semana tras semana. ¡Habemus Imperator!
Llegó el verano. Llegó el calor. Y llegaron los cantos de sirena desde el paraíso canario. Al principio eran meramente rumores; un tweet por allí, un artículo en un diario local de Las Palmas por allá. No queríamos creer que Raúl (nuestro Emperador) pudiese bajarse del barco albinegro después de haber caído de pie en estas tierras. Los mensajes pidiéndole lealtad y compromiso se sucedieron, las alabanzas a su juego se multiplicaron, y hasta Manolo Sánchez Breis trató de calmar las aguas afirmando que “Raúl está muy feliz en Cartagena y va a formar parte de nuestra plantilla el curso que viene”.
El resto ya lo conocen. ¡Clink, clink, caja! Cláusula pagada (15.000€ que quizás sirvan para pagar el recibo de la luz de un par de meses) y vuelo directo al Aeropuerto de Gran Canaria. Así es el fútbol. Decía mi abuelo que de bien nacido es ser agradecido, y por tanto no seré yo quien tenga una mala palabra para Raúl Navas. Al contrario, gracias de corazón por ayudarnos a permanecer en la liga de plata un año más. Eso sí, permítame decirle algo: “Carthago Nova Invicta Est” y al final, los auténticos “Emperadores” somos los que de verdad amamos este club y este sentimiento por encima de todo lo demás.