Viernes 20 de agosto. Quedan exactamente 11 días para el cierre de mercado. El FC Cartagena sigue rastreando el mercado en busca de un central zurdo de garantías, un centrocampista y un extremo que pueda hacer las veces de delantero. Se acumula el trabajo y Manolo Sánchez Breis tiene cada vez menos margen de maniobra para cerrar una plantilla que (tal y como vimos el lunes ante el Almería) anda necesitada de refuerzos que la fortalezcan.
La idea sigue siendo esperar la «cascada» de jugadores que queden liberados de sus contratos en equipos de primera división. O eso parece. Por todos es sabido que el mercado tiende a agitarse la última semana de agosto ya que muchos jugadores tensan la cuerda al máximo para no abandonar su club o para que se les rescinda sin pagar un euro y poder elegir destino a la carta. En esas estamos.
Llama la atención el hecho de que no se escuche ningún rumor, ni un solo nombre de posibles candidatos a reforzar la plantilla de Luis Carrión. Breis trabaja en la sombra, silencioso y precavido. Sin filtraciones. Tirando de labia y con el móvil pegado a la oreja. ¿Recuerdan aquella sonrisa picarona la noche que se firmó a Ramón Azeez? La afición suspira por ese chute de adrenalina que tan bien sabe proporcionar el bueno de Manolo.
Los refuerzos acabarán llegando. Cruzaremos los dedos para que los que aterricen a última hora sean primeras opciones y vengan a competir por un puesto en el once titular desde el minuto uno. El reloj corre. Agosto se nos escapa entre los dedos. Septiembre se acerca impasible. Tic tac, tic tac…