Unas veces por las apreturas de la clasificación, otras por verte con opciones de pelear por cotas mayores que no sabes si volverás a tener la oportunidad de disputar. El caso es que esto del fútbol te mantiene en una tensión continua, no hay tiempo para relajarse, siempre andas buscando el próximo partido, y si ganamos a «nosequien» nos ponemos «nosedonde». A veces se nos olvida lo más importante, como todo en la vida, disfrutar del camino.
Tras una primera y agónica temporada, en esta segunda nos las prometíamos muy felices y dispuestos a regodearnos en la tranquilidad de ver el descenso como algo muy lejano, pero, de tan lejano, hemos visto de cerca los puestos de playoff a primera, y han surgido los nervios de nuevo. Perdemos dos partidos y sentimos que se nos escapa el tren, un tren que, inicialmente, no habíamos pensado coger. Y a pesar de esas derrotas seguimos a tiempo de todo, incluso de llevarnos algún susto por abajo si entramos en caída libre, cosa que no parece que vaya a suceder.
Y entre tanto, debemos respirar hondo, tener tranquilidad, y disfrutar de una espectacular categoría que trae al Cartagonova a equipazos históricos como este Real Valladolid que nos visita el viernes, con la friolera de 45 temporadas en primera división a sus espaldas. O el Eibar, que será el siguiente en visitarnos, tras pasar 7 años seguidos en primera. Ver al Efesé competir contra estos equipos es una gozada, y es por eso que deberíamos aprovechar para empaparnos del ambiente prepartido, emocionarnos con el himno en el estadio y con el saludo vikingo de las 7 u 8 mil almas blanquinegras que en él se dan cita cada 15 días, y aprovechar la salida del Cartagonova para lamernos las heridas o repasar cada gol y cada una de las jugadas que nos han hecho levantarnos del asiento. En resumen, para disfrutar de todo lo que supone estar en LaLiga Smartbank.
Lo dicho, a pasarlo bien, que viene el Pucela, y pensándolo bien, si les ganamos, empatamos a puntos con el Girona que está en puesto de playoff, y a partir de ahí quién sabe. Buff, ya me he puesto nervioso otra vez, si es que no hay manera.