Un ascenso en diferido
La madrugada del domingo 19 de julio del 2020 fue la última de felicidad plena para la afición del F.C Cartagena. En ella, después de una destructora tanda de penaltis, doblegaba al Atlético Baleares y se ganaba el cheque para la Liga de Fútbol Profesional, demasiadas temporadas después de su última participación. Pero del recibido al cobrado queda un tortuoso camino, en el cual los efesistas hemos terminado por quedarnos sin recompensa, después de ganárnosla con el sufrir de nuestro corazón. Como en aquellas películas en las que el muerto puteante te deja una herencia de millones de euros, pero no puedes disfrutarlos hasta que pasen unos años, o varias pruebas. Encontrar chica y casarte en seis días, o encontrar a tus hermanos perdidos en algún desastre natural, o algo de eso. El fútbol es para románticos, algo intangible, cómo las divisas. La Rosaleda si fue algo físico, sobre su piso el F.C. Cartagena logró algo inédito; un ascenso en diferido. Esa noche el notario lucía guantes y era de Barcelona, y aquel minuto 97 de Majadahonda ya no dolería nunca más. Pero duele, duele tanto que las puertas del Cartagonova seguirán cerradas a modo de retraso en el pago por ascender la temporada en la que por historia y tradición le tocaba al Cartagena ascender; la temporada de la pandemia, en la que no podrías disfrutar del ascenso en directo. Tardará muchas jornadas, quien sabe si todas, en hacerse efectivo, si se hace, LFP y televisiones mediante. Asumido por todos, incluso el Club ha disfrazado a los jugadores de presidiarios ya anticipando que tuviéramos que atracar el banco para cobrar…pero no creo que sea necesario; lo de murciar es en otras longitudes.
El Club estará esta temporada en la liga de fútbol profesional. El aficionado, su estadio y su ciudad, aún no. Diferir; “dilatar, retardar, aplazar”
Cartagena y comarca, actual epicentro futbolero de la Región en categoría e influencia, con un sentimiento identitario muy marcado que su equipo de fútbol aglutinaría, pierde este rasgo; no viajaremos por todo el país, el país no vendrá a nosotros. Aun así, el socio ha respondido adquiriendo un bien, el abono, del que no va a poder disfrutar en un tremendo ejercicio de unión, apoyo, responsabilidad y madurez en su vuelta diferida al fútbol profesional. Y es que cuando un Club asciende, no sólo asciende un equipo de fútbol; asciende una ciudad entera que gana en todos los aspectos. Que Cartagena tenga una permanencia duradera en el fútbol profesional, con proyectos sostenibles no sólo para la S.A.D. sino para toda la sociedad cartagenera, compensaría el retardo del pago.
Ahora bien; aunque sea tarde, nosotros queremos cobrar. EXIGIMOS COBRAR. En diferido, o a plazos, pero queremos lo que es nuestro. Y para eso es tremendamente importante que apoyemos desde fuera, que guardemos la cola con paciencia y que sigamos confiando en los que han aportado los fondos y en el stock que vamos adquiriendo. Y que asumamos que ni nuestro cheque es el que tiene más fondos, ni somos los que más cobramos; que vamos a ir justos de pasta todo el año, sin lujos.
El cheque del Banco Santander de nuestro ascenso no viene al portador, viene nominativo en cada abono y no tiene fecha de caducidad. No lo podemos cobrar en 2021, pero ya cobraremos más adelante, que nos lo vayan ingresando en nuestra recién abierta Cuenta SmartBank.
Y que sea en plazos de muchas, muchas, muchas temporadas. ¿Firmáis?