Abres una caja de cerillas y encuentras cerillas. Muchas cerillas, ya que es un producto cuyas cajas vienen rellenas al máximo de su capacidad. Pero una simple cerilla tiene un enorme poder destructor, más ahora en verano, capaz de destrozarlo todo. El fútbol es la caja, y tuiter son las cerillas.
¿Para qué esperar a que empiece la competición si podemos incendiarlo todo en pretemporada si tenemos todas las cerillas que deseamos a nuestra entera disposición? ¿Para qué esperar que lleguen los fichajes, para criticarlos, si podemos hacerlo antes de que vengan? ¿Para qué perder el tiempo en ser positivos si lo más divertido es quemarlo todo para poder decir otro día: ‘Yo ya lo dije’, ‘Yo ya lo avisé’ y tal? Guardar cerillas ya quemadas no sirve de nada, pero a la gente le gusta hacerlo.
Algo sí ha cambiado, y es más importante de lo que parece, aunque sea por un año: ya no tenemos la mejor plantilla de toda la Segunda B. No tenemos ni plantilla, pero no es un detalle que nos importe. ¿Para qué esperar a jugar si vamos a ser quintos directamente? Las cerillas están muy baratas y no podemos dejar de comprarlas. Deberíamos tener el doctorado en Segunda B, después de tantos años, pero aún estamos repitiendo curso una y otra vez. Contra el Alcoyano hubo una extinción del incendio, aunque parece que no sirvió de mucho. El pirómano lo fue, lo es y lo será toda su vida.
Así que una vez que el tremendo calor de la pretemporada nos lleve a los sudores del infierno, habrá más incendios que personas. Es algo que no podemos evitar, pero que sí podríamos dejar de escuchar.
Un saludo de vuestro nuevo amigo, Raphael de la Ghetto…